La restauración de fotografías antiguas y deterioradas es un arte, un arte bastante complejo, casi un milagro algunas veces.
Cuando te traen, como en este caso, una imagen en la que partes fundamentales de la misma no están, te sientes intimidado por el encargo. Más todavía si la clienta te dice que ha hecho más de 90 Km para venir hasta mi estudio para encargarme personalmente la restauración de esta fotografía atraía por mi fama.
Ambas circunstancias me hicieron sentir presión, más presión de lo habitual. Sobre todo porque los ojos son la expresión de nuestra personalidad. Recuperar la fotografía pasaba por ponerle los ojos y no cambiar su expresión original, no poner unos ojos más grandes, más pequeños o más undidos.
Pero no podía fallar. Mi clienta había puesto en mi toda su confianza para que hiciera la restauración de la fotografía de su familiar.
Después muchas horas de trabajo este es el resultado obtenido.
Tengo que decir que mi clienta se marchó más que satisfecha y que yo mismo estoy convencido que es un buen trabajo, sobre todo teniendo en cuenta lo deteriorado de la fotografía original.
¿Qué os parece, confiaríais vuestras fotos más preciadas a un experto para que les devolviera su aspecto original?
Fotografía deteriorada sin ojos y su aspecto final una vez restaurada |
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